Documentos filtrados desde el municipio revelan que el ministro de Desarrollo Productivo montó un negocio privado con fondos públicos usando el PANE, empresas pantalla y vínculos familiares.
Una investigación periodística expuso el entramado de corrupción detrás del PANE. Documentos filtrados desde el propio municipio de San Luis revelan cómo Federico Trombotto, ministro de Desarrollo productivo y candidato a senador, montó un negocio privado con fondos públicos. Alquileres triangulados, vínculos familiares y empresas pantalla forman parte de una red aceitada para desviar recursos del Estado a través de viandas escolares.
El escándalo salió a la luz tras una investigación de El Mosquito Puntano, que accedió a documentación proveniente de oficinas municipales. Los papeles exponen con claridad cómo Federico Trombotto, actual ministro de Claudio Poggi y candidato a senador por el oficialismo, utilizó su cargo para montar un circuito de beneficios personales financiado con fondos públicos destinados al Programa Alimentario Nutricional Escolar (PANE).
El eje de la maniobra es un inmueble ubicado entre San Juan y Esteban Adaro, donde funciona un emprendimiento gastronómico que produce viandas para el plan alimentario. El lugar pertenece a Trombotto, pero fue alquilado directamente por la firma Las 3 Olivas S.A.S., cuyo titular formal es Mauricio Adrián Oliva, hijo de César Oliva, director de Sol Puntano, empresa estatal encargada justamente de adquirir las viandas escolares.
La red no termina ahí. El contrato de alquiler —filtrado desde dependencias municipales— incluye no solo el inmueble, sino también todo el equipamiento gastronómico, lo que sugiere una simulación jurídica para encubrir una empresa privada del ministro, operando con recursos estatales bajo el nombre de terceros de confianza.
Las empresas Cer-Pan y Mundo Gourmet, también a nombre de la familia Oliva, son las que concentran los contratos del programa. Toda la operación está bajo la órbita del ministerio conducido por Trombotto, en una estructura donde el Estado se compra comida a sí mismo a través de intermediarios íntimos del funcionario a cargo.
Una interna oficialista que dejó al descubierto el circuito
La revelación de estos contratos fue posible gracias a una filtración interna desde el municipio de San Luis, gobernado por Gastón Hissa. En una gestión marcada por la falta de transparencia, sorprende que documentos tan comprometedores hayan salido a la luz. La explicación más sólida apunta a una interna política dentro del oficialismo, donde sectores enfrentados habrían liberado la información para protegerse y desviar responsabilidades, tras los reclamos por intoxicaciones y viandas en mal estado.
Hissa, apuntado por su inacción en los controles bromatológicos, habría filtrado la información para correrse del centro del escándalo y exponer a quienes verdaderamente controlaban el negocio de las viandas.
Silencio oficial y denuncia penal
La diputada Eugenia Gallardo, responsable política del PANE, fue una de las que públicamente negó la implicancia de funcionarios en el escándalo. Sus declaraciones, hoy desmentidas por los documentos filtrados, aparecen como un intento de encubrimiento político, mientras la estructura comercial de Trombotto seguía funcionando con normalidad.
Frente a las evidencias, los diputados opositores Silvia Sosa Araujo, Sonia Delarco y Federico Berardo presentaron una denuncia penal por asociación ilícita ante la Unidad de Abordaje Fiscal. La presentación incluye vínculos familiares, contratos triangulados, empresas del entorno directo de funcionarios y el desvío sistemático de fondos públicos.
Campaña con recursos del Estado
Pese al escándalo, Federico Trombotto continúa con su campaña en el departamento San Martín, utilizando recursos del Estado para distribuir bienes y reforzar su candidatura a senador. El llamado “plan platita” no es más que la expresión territorial de la misma lógica de poder: discrecionalidad, fondos públicos y favores para garantizar lealtades.
El caso Trombotto no es una excepción, sino un ejemplo de cómo el oficialismo utiliza la estructura del Estado para construir negocios privados, blindarse políticamente y sostenerse en el poder, incluso si eso implica robarse la comida de los chicos.
DIARIO DE LA REPUBLICA SL



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