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Poggi suma otro impuesto: alcanzará hasta los envíos de dinero entre particulares

La Provincia se adhirió al sistema SIRCUPA y aplicará retenciones a todo ingreso en billeteras virtuales, incluso si es por una ayuda familiar, un pago informal o dividir la cuenta.

El Gobierno de San Luis decidió avanzar en una nueva estrategia recaudatoria: comenzará a aplicar el impuesto a los Ingresos Brutos sobre los fondos que los usuarios reciban a través de billeteras virtuales. La medida, que ya fue comunicada por plataformas como Mercado Pago, alcanza a cualquier tipo de ingreso en cuentas digitales, sin distinguir entre operaciones comerciales o simples transferencias personales.

La novedad surge a partir de la reciente adhesión de la provincia al SIRCUPA (Sistema Informático de Recaudación y Control de Acreditaciones en Cuentas de Pago), un mecanismo que permite rastrear todos los movimientos en billeteras virtuales y aplicar retenciones automáticas como si se tratara de cuentas bancarias.

Para muchos usuarios, se trata de una herramienta cotidiana para sortear la falta de efectivo, recibir pagos por trabajos informales o ayudar a familiares. Sin embargo, a partir de ahora, todo ingreso podrá ser interpretado como una transacción alcanzada por el tributo. Las alícuotas pueden variar entre el 0,01% y el 5%, según lo informado por las empresas.

El impuesto a los Ingresos Brutos es considerado por especialistas como una carga regresiva: se aplica sin tener en cuenta si hubo una ganancia real, y se cobra repetidamente en distintas etapas de la misma cadena económica, lo que termina encareciendo productos y desincentivando la actividad. Varias provincias, como Mendoza, Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa, han comenzado a reducirlo o eliminarlo en determinadas actividades para volver a ser competitivas. San Luis, en cambio, toma el camino inverso.

Durante la campaña, el gobernador Claudio Poggi prometió que no impulsaría nuevos impuestos. Pero con el paso de los meses, el deterioro de las cuentas públicas, los gastos extraordinarios durante el proceso electoral y una administración que aún no logra estabilizar su frente fiscal, parecen haber empujado a una serie de decisiones que contradicen aquellas promesas.

En paralelo, las billeteras virtuales habilitaron una nueva función: ahora es posible “dividir la cuenta” y enviar el dinero a través de la aplicación, facilitando el pago grupal en bares, restaurantes o actividades compartidas. Sin embargo, incluso estos movimientos —que poco tienen que ver con una actividad económica— también podrían quedar alcanzados por el nuevo esquema fiscal.

Así, desde esta semana, cualquier transferencia digital puede ser interpretada como una operación gravable. Ni la informalidad, ni la colaboración familiar, ni las salidas con amigos escapan a un modelo tributario que prioriza recaudar antes que aliviar.

DIARIO DE LA REPUBLICA SL

 

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