Alejandra Locomotora Oliveras falleció a los 47 años, dejando una huella profunda en el boxeo nacional e internacional. Nacida en El Carmen, Jujuy, se consagró como campeona mundial en tres categorías distintas y fue reconocida con un lugar en el Salón de la Fama del Boxeo Latinoamericano.
Dueña de un estilo aguerrido y frontal, construyó una carrera marcada por triunfos resonantes, nocauts memorables y una personalidad arrolladora dentro y fuera del ring.
Con un récord profesional de 33 victorias (16 por KO), 2 empates y solo 3 derrotas, la Locomotora se ganó el respeto de fanáticos y especialistas. “Yo soy Mayweather. Gané los mismos títulos que tiene él, pero yo gané por nocaut. No es lo mismo una goleada que ganar por penales”, dijo una vez en una entrevista con Infobae.

Locomotora Oliveras: debut y el despegue
Su primer paso como profesional fue el 12 de agosto de 2005, en General Lavalle, Córdoba. Aquel día Locomotora venció por nocaut técnico en el segundo round a María del Carmen Potenza, en la categoría Pluma. “No sabía pegar, pero gané por knockout. Ahí me di cuenta de que el boxeo era lo mío”, contaba con humor.
Tras una racha de cinco victorias consecutivas, llegó el primer gran desafío internacional: el 20 de mayo de 2006 en Tijuana, México, Oliveras noqueó a la local Jackie Nava en el octavo asalto y se coronó campeona mundial Supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Aquel triunfo la posicionó como una de las grandes del boxeo femenino argentino.
Defensas y gloria mundial
La Locomotora defendió con éxito ese cinturón en varias oportunidades, incluyendo una reñida pelea en Rosario contra la colombiana Anays Gutiérrez Carrillo. En octubre de 2006, se llevó la victoria por fallo unánime, aunque tuvo que abandonar el ring de forma abrupta por un problema poco habitual: “Me olvidé de ir al baño antes de la pelea”, bromeó luego entre risas.
En 2007, volvió a enfrentar a Jackie Nava en Córdoba y el combate terminó empatado. Más tarde, venció a la brasileña Adriana Salles en Río Cuarto por decisión unánime, en otra defensa exitosa del título Supergallo.
La caída ante la Tigresa Acuña y la revancha que no fue
El 4 de diciembre de 2008, en el mítico Luna Park, llegó su primer gran tropiezo: cayó por decisión unánime ante Marcela “La Tigresa” Acuña, quien le arrebató el título. Oliveras denunció un golpe ilegal en la nuca y acusó al jurado de “robarle” la pelea. Aunque pidió revancha, ese combate nunca se concretó.
Nuevas coronas: de Pluma a Superligero
Lejos de quedarse, Oliveras siguió sumando títulos. El 5 de enero de 2012, en San Antonio de Areco, se consagró campeona Pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) al noquear a la mexicana Jessica Villafranca en el quinto round. Defendió ese cinturón con autoridad en cinco ocasiones ante rivales como Diana Ayala, Dayana Cordero y Calista Silgado.
El 11 de octubre de 2013, volvió a hacer historia al ganar el cinturón vacante Superligero del CMB. En Santa Fe, noqueó a la colombiana Lely Luz Flórez en el séptimo asalto, sumando un tercer título mundial en diferente categoría.
El cierre de una carrera legendaria
En noviembre de 2014, Oliveras perdió por fallo dividido frente a Erica “La Pantera” Farías en . Aquella fue su última gran pelea internacional. Aún así, volvió a subirse al ring dos veces más: venció por decisión unánime a Natalia del Valle Aguirre (2015) y a Lesly Morales (2017), antes de retirarse definitivamente del boxeo profesional.
no solo será recordada por sus títulos o su récord, sino por la forma en que peleaba: con el corazón en la mano y una convicción inquebrantable. “Las tiré a todas al piso”, decía con orgullo, fiel a su apodo de Locomotora, que resume su forma de encarar la vida y el ring.
Una guerrera del norte que peleó como vivió: sin guardarse nada.
DIARIO CON VOS



and then