Los movimientos sociales cercanos a la Casa Rosada mostraron distancia del Presidente en la antesala de un discurso clave en la agenda política. En las distintas terminales de la coalición advierten que el camino para otro mandato es inviable
La definición la firma, en off the record, un importante dirigente social que promete acompañar al Presidente hasta el final del mandato, pero que entiende que sus posibilidades de reelegir son inexistentes. Esa misma idea sobresale en cada uno de las terminales peronistas que integran la coalición oficialista.
Si hasta ahora algunos dirigentes guardan cierta reserva es porque conservan la voluntad de no dañar al jefe de Estado con sus críticas y porque también entienden que Fernández necesita conservar lo que le queda de poder por un tiempo más. Si existe un día en el que anuncie que no buscará la reelección, en ese mismo momento dejará escapar el poder que le queda en la mano.
Son las reglas del juego y el Presidente las entiende sin necesidad de que nadie se las resalte. La Casa Rosada ha recibido dos golpes fuertes en los últimos cinco días. La semana pasada cuatro legisladores, que supieron ser cercanos a Fernández, rompieron el bloque del Frente de Todos en el Senado, y debilitaron, aún más, la estructura de la alianza política.
Ayer, en tanto, las organizaciones sociales blanquearon que no apoyarán al mandatario en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el próximo 1 de marzo. ¿El motivo? Aseguran que desde Balcarce 50 están planteando el acto legislativo como un respaldo a la reelección de Fernández y ellos no quieren entrar en ese juego porque saben que esa candidatura divide el espacio.
En clave política, lo que sucedió ayer tiene un impacto real negativo para la proyección electoral del Presidente. El Movimiento Evita y Barrios de Pie, las organizaciones sociales más grandes del país, fueron el principal sostén político de Fernández durante los tres años de mandato. Lo respaldaron en medio de la interna feroz con el kirchnerismo cuando en la mayor parte de la dirigencia reinaba un incómodo silencio.
La decisión de no movilizar la explicó ayer a Infobae Gildo Onorato, uno de los principales referentes del Movimiento Evita y secretario gremial de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), donde se agrupan las principales organizaciones sociales del país.
“No movilizamos el 1° de marzo porque es un escenario que intenta convalidar una candidatura de Alberto Fernández y eso hoy divide al Frente de Todos. Nosotros queremos que haya unidad y vamos a trabajar para que, por intermedio de las PASO o por consenso, podamos construir una propuesta competitiva”
INFOBAE



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