La provincia busca cerrar un paquete clave de leyes que define recursos, obras y el margen de maniobra para el año que viene, pero la sesión promete tensión y negociaciones de último minuto.
Axel Kicillof y su equipo están en plena recta final para lograr algo clave: conseguir los votos que le permitan a la provincia de Buenos Aires tomar deuda. Este viernes, con un dictamen ya aprobado en Comisión, el oficialismo apuesta a cerrar un paquete de leyes que incluye presupuesto, ley fiscal y financiamiento, pero todavía hay varias negociaciones en juego.
La Comisión de Presupuesto e Impuestos le dio luz verde al proyecto que permitirá tomar deuda, pero no sin antes hacer algunas concesiones. Por ejemplo, el fondo para los municipios, que inicialmente iba destinado sólo a obras, se transformó en un “Fondo de Emergencia y Fortalecimiento de Inversión Municipal”. Esto implica que los municipios tendrán más margen para usar esos recursos en lo que realmente necesitan, no sólo en construcciones.
Además, se sumó la condonación de deudas municipales ligadas al fondo COVID, algo que muchos intendentes venían reclamando hace tiempo. También se amplió la cantidad de directores en el Banco Provincia, un gesto para darle un poco más de poder político a sectores de la oposición.
El fondo municipal para este año ronda los 365 mil millones de pesos, una cifra que busca aliviar el día a día de los distritos en medio de un contexto económico complicado.
Aunque ya se consiguió un dictamen favorable, el desafío más grande está en el recinto. La ley exige dos tercios para aprobar la toma de deuda, y hasta ahora el oficialismo no tiene garantizado ese respaldo.
En La Plata saben que la sesión va a ser intensa. Juan Pablo de Jesús, presidente de la Comisión, confía en que las negociaciones terminen pronto para que el paquete completo —presupuesto, ley fiscal y endeudamiento— salga de una sola vez, porque para el gobierno provincial, esas tres leyes son una herramienta indivisible.
¿Por qué es tan importante este endeudamiento?
Desde el oficialismo insisten en que no se trata de un capricho, sino de una necesidad urgente para:
- Financiar obras que la provincia viene postergando, sobre todo por la caída de recursos nacionales y la crisis económica general.
- Asegurar recursos frescos para municipios, para salarios, aguinaldos y servicios esenciales.
- Enfrentar vencimientos de deuda heredados, especialmente los de la gestión Vidal, sin poner en riesgo la salud financiera bonaerense.
El fondo municipal y la condonación de deudas COVID son, para muchos intendentes —incluso opositores—, una ayuda concreta para encarar lo que queda del año.
Si no se consigue la mayoría, el gobierno bonaerense perderá margen para gobernar. No habrá presupuesto completo, ni crédito para obras ni garantías para los municipios, lo que puede complicar la prestación de servicios y la ejecución de proyectos.
Por eso, esta semana es clave. La sesión convocada para este viernes será un termómetro de la capacidad de Kicillof para negociar y cerrar acuerdos.
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