Ocho distritos ya eligieron gobernador. Pocos cambios, el mensaje de los votos para oficialismo y oposición y el peso de las fuerzas provinciales que saltearon la grieta
La maquinaria electoral arrancó con fuerza en mayo: ocho provincias ya eligieron gobernador y vice, en sintonía con la estrategia política de los mandatarios locales para desacoplar los comicios de la suerte del gobierno nacional, afectada por la crisis política y económica. La premisa, alejarse de las cuatro plagas de la gestión Fernández-Kirchner: la deuda con el FMI, la pandemia, la sequía y la inflación, como la describen en Casa Rosada. Y, claro, también de la interna política del Frente de Todos, cruda, violenta y pública.
Así, en este escenario, algunas certezas de las elecciones provinciales. Con excepción de Neuquén, donde el frente Neuquinizate que llevó a Rolando Figueroa, que cimentó una candidatura apoyada por Macri, sectores peronistas y radicales, que traccionaron votos a través de listas colectoras, se impuso ante el tradicional Movimiento Popular Neuquino, el voto local apoyó los oficialismos y la continuidad, como los casos de Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Sáenz (Salta), Sergio Ziliotto (La Pampa), Alberto Weretilneck (Río Negro), Hugo Passalacqua (Misiones), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
Cada elección provincial tiene su propia particularidad, más allá de los intentos de los dirigentes nacionales, sin distinción de colores políticos, para intentar capitalizar un triunfo en las urnas. Algunos casos, como en Juntos por el Cambio, incluso se llegó a celebrar el triunfo Susana Laciar en la ciudad de San Juan capital, aunque el peronismo se haya impuesto en el resto de la provincia que tiene aún en suspenso -al igual que en Tucumán- la elección de gobernador y vice por el fallo de la Corte Suprema, que trabó por ahora el intento de Sergio Uñac para lograr una reelección.
Melella (FORJA) logró su reelección por amplio margen, el 53% de los votos, y evitó una segunda vuelta en la provincia patagónica de Tierra del Fuego. Lo hizo con apoyo de sectores de la UCR, del kirchnerismo, del peronismo y el l Movimiento Popular Fueguino (MOPOF). Dato particular, y que tiene que encender todas las alertas: en segundo lugar quedó el voto en blanco, con el 21,59% de los votos. Juntos por el Cambio quedó en cuarto lugar.
Quintela (Frente de Todos), en tanto, también se impuso con holgura en La Rioja y fue reelecto con el 50,63% de los votos, casi 20 puntos más que Felipe Álvarez, candidato de Juntos por el Cambio. Alberto Fernández viajó a las pocas horas para celebrar el triunfo.
“Que podamos reafirmar la democracia, como se reafirmó, es importante; se escuchan voces que dicen que la democracia no es el modo, el camino. Es un tiempo donde se vuelve a hablar que los derechos pueden pasar a un segundo plano, que se pueden donar los órganos para hacerse de recursos o que la calles de la ciudad pueden ser privatizadas”, afirmó el Presidente en una conferencia junto al mandatario provincial.
Otro gobernador que recibió un fuerte respaldo fue el salteño Sáenz (Identidad Salteña), que superó el 47% de los votos y lo saludaron tanto Sergio Massa y como Horacio Rodríguez Larreta. En la provincia norteña Juntos por el Cambio tuvo una performance deslucida, en segundo lugar, con 17,26% de los votos. Cercano al ministro de Economía, Sáenz construyó su poder político por encima de la grieta que separa al gobierno nacional con JxC, la principal coalición opositora. Es más, el Frente de Todos presentó su propio candidato, el diputado nacional Emiliano Estrada, relegado al tercer lugar con 16%.
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