La hermana de la joven dijo que hace tres meses no consiguen el remedio y que eso derivó en una crisis de convulsiones. Compañeras de su madre le dieron las pastillas, pero ven que a largo plazo seguirá el faltante.
De no ser por la solidaridad y el trabajo de unos compañeros de su madre que consiguieron la medicación rápidamente, el estado de la salud de Nallibe Quiroga Bianchi sería una preocupante incógnita. La joven de 24 años es epiléptica y hace tres meses tiene muchas dificultades para conseguir Levetiracetam, un medicamento que está en falta en el sistema de salud de la provincia.
Habitualmente, Nallibe retiraba su medicación en el Hospital Central Ramón Carrillo o en la sala del barrio AMPPyA, pero hace un tiempo que el remedio está en falta sin fecha de reposición. Lo mismo sucede en las farmacias a la que la familia de la joven asistió para adquirirlo.
La paciente hizo viral su situación en un video que subió a Tik Tok y que grabó durante su internación. Allí, cuenta lo sucedido y, visiblemente emocionada, agradece “a todos los que me ayudaron”. “Estoy bien –dijo- hace rato estaba enojada pero ahora estoy bien”.
La rápida respuesta que obtuvieron por parte de unos amigos de la madre de Nay –que consiguieron una caja y dos blisters de las pastillas- es apenas una resolución temporal a un problema que en la paciente será eterno. “Siempre tiene algún inconveniente con la medicación. Ahora, no hay stock del Levetiracetam y nadie sabe cuándo va a volver a entrar”, dijo Sofía, la hermana de la joven.
Nallibe se quedó el domingo sin sus pastillas y al día siguiente, cuando la fue a buscar, se encontró con el faltante. Primero le dijeron que llegaba el miércoles, relató su hermana, pero no fue así. La no ingesta tuvo una consecuencia conocida: Quiroga Bianchi tuvo convulsiones y debió ser internada en el Ramón Carrillo.
“En la guardia la atendieron muy bien –relató Sofía-, la contuvieron, pero no le podían dar el alta sin la medicación”.
La crisis que sufrió Nay fue el final de un problema que tiene hace rato. Otra medicación que debe tomar por su patología es Bribaracetam, que la consigue por medio de Emergencia Sanitaria o Desarrollo Social. “La última vez estuvo seis meses esperando que se la dieran”, relató Sofía. Fue la acción, nuevamente, de la madre de la paciente, no sin enojos y rabia de por medio, la que consiguió la entrega.
“Cada tres meses tenemos que generar un expediente y ese expediente tiene que hacer toda la ronda hasta que llegue a la mano de mi hermana. Pero siempre hay un problema, cuando no es la compra, es el proveedor, siempre hay un pero”, contó Sofía, quien le pidió en un video que subió a las redes al gobernador Claudio Poggi o “a quién corresponda”, que se haga cargo de la situación.
La familia y Nabille son conscientes de que ambas medicaciones tienen que ser ingeridas de por vida y notan con angustia que el faltante puede ser algo que se repita en adelante. Además se preocuparon por otros pacientes que sufran la misma situación y que no tengan la suerte de conseguir las pastillas por parte de un allegado.
“Nosotros agradecemos que hoy tenga la medicación gracias a la ayuda de unos amigos de mi mamá, pero mañana va a pasar lo mismo y todos los meses va a pasar lo mismo; vamos a estar con el corazón en la boca a ver si hay o no hay”, agregó la hermana, quien sostuvo que cortar la medicación es un retroceso grande en el tratamiento.
DIARIO DE LA REPUBLICA SL